Caben los ladridos de la pasión en una mano.
Cabecean las dudas y el cabello pende bajo la lluvia espantosa de noviembre.
Caben todos los besos en un puño.
Cabe un suspiro en la línea de tus cejas. Tengo la soledad en cabestrillo, esperando que se suelden las lágrimas que solté para que se derramen en tu cabeza, y caigan en tu piel.
No cabe la más minima duda de que estarás deseando encontrarme.
Cabe un beso en un latido, y mil latidos en tu ombligo. Cabe la posibilidad de que no quiera despegarme. Cabezonería o no, ansío encontrar aquel largo y sinuoso camino que me lleve a un encuentro; a cualquier clase de encuentro.
Cabe exactamente mi alma entre tus pechos. Caben pocas dudas de que le hablaré de vos a mi sombra.
Cabe el sol en mis entrañas... cabe la historia de mis pecados en tu lengua. Cabe una luz abrasadora en la linea del horizonte. Cabe una línea recta entre tu isla y la mia.
Cabe sólo la nada entre tu piel y la mía.
Cabe esperar que te espero.
Cabe la posibilidad de que todo sea un sueño.
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