
En una playa. Ella sonríe. Se deja querer por la cámara.
Piensa en otra cosa.
Se debate en el silencio.
Cree que es posible ser feliz. Y lo intenta.
Y sus preciosos ojos miran al frente, me enseñan a ser mejor.
En una playa, nada más le importa.
Que su piel rasgada por la arena.
Que el viento que la despeina.
Que su corazón latiendo, y los lejanos gritos de la gente.
Sabe lo que siento. Pero aún no sabe lo que siente.
A veces me pregunto por qué la busco en otra playa a tantos kilómetros de distancia.
En una playa, aunque esté nublado.
La sigo buscando.
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