
Te busco.
Trato en encontrarte entre la gente que parece feliz pero no.
Algunos me recuerdan a vos, solo por un gesto o un silencio.
Estás en el aroma de mi cama, en el cielo y en las runas milenarias.
Te encuentro en Stonehedge, en Vancouver, en Beirut.
Te hallo en el frontspicio del partenón, en la textura de una mariposa solitaria.
Estás en la costura del guardapolvos del escolar. En el aire del fuelle de Piazzolla.
Estas en mi aliento, en mi voz y en mi silencio.
Estas en mi memoria, en mi sexo, en mi conciencia.
Estas ahi... acá, wherever.
Te metés en el intersticio de mis párpados. en el agujero negro de mi grapadora.
Te escondés en el cajón de mis recuerdos. Te mezclás con las nimias paredes del olvido.
Te incrustás en la desesperación del regreso a casa, para curarme esta herida de ausencia.
Penetras en mi dolor para mostrarme que siempre estuviste conmigo.
Sólo que era tan ciego que no podía verte.
Te busco, y como un tonto... te tengo dentro mío
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