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CUENTO PARA IF

viernes, agosto 04, 2006






If dormía la siesta debajo de una Lactuca sativa...más conocida como Lechuga

If dormía la siesta, dentro de su concha, debajo de una Lactuca sativa.

La casa de If era un espacio en el que todas sus cosas estaban dispuestas en espiral. De dentro hacia fuera, salía If todos los días con lo imprescindible, olvidándose del orden que reinaba en su concha. Y cuando regresaba -sin haber salido del todo- la espiral había dado un giro más, un nuevo anillo volvía a alejar a If del centro. Así pasaban los días y ya no se sabía con exactitud lo que ahí guardaba, pero se intuía.

Los años hicieron a If acostumbrarse al recoveco y a la curva, y tenía una habilidad increíble para entrar y salir de su casa, aunque fuera a medias, apurando cada oquedad que le permitiera expandirse y cada quiebro en la espiral para entrar a toda velocidad, sin apenas ser visto y sin resultar dañado. A pesar de eso, If seguía intuyendo otra razón, una distinta, para continuar saliendo.

El día que supo esta razón, como ya les dije, If dormía la siesta, dentro de su concha, debajo de una Lactuca sativa. Estaba teniendo un sueño típico de caracoles, vos sabés: se encontraba despreocupado junto a otros en un prado y todos comían la misma hierba. Pero en ese afán unánime de devorar sin más, avanzando como una plaga uniformada, If no se dio cuenta y se alejó más de lo que ni en sueños es posible, y menos para un caracol. Lo que vio a partir de entonces fue demasiado para olvidarse de ello. De repente todo cuanto le rodeaba era distinto, la hierba desprendía un olor irresistible y desconocido, con infinitos matices, que levantaban en If un sinfín de controversias aromáticas. El agua era un río dividiéndose en mil arroyos, cada uno con sus idílicas orillas donde se podían predecir interminables y plácidas horas de siesta futura.

Porque si hay algo que les gusta hacer a los caracoles es dormir la siesta. No la siesta que mamá nos obligaba a hacer justo después de los ravioles y antes de los mates. Una siesta larga, con sonrisas. Relajada.

El aire era una caricia húmeda de la que supo que jamás podría volver a prescindir, y que entraba en su espiral removiendo sus cosas y llevándose algunas de ellas, dejando a If ligero y autónomo, con capacidad para entrar y salir holgadamente de su cáscara, abandonándola por completo. El placer que sintió If mientras, por primera vez, pudo revolcarse, enroscarse, estirarse, aplanarse y dar vueltas sobre sí mismo, era sólo una pequeña muestra de lo que se adivinaba... Y ya nunca se quedaría sin sentirlo del todo.

Y así fue como If, un caracol mediano, con una voluntad y un ansia de libertad infinitas, consiguió bajar de su única espiral para iniciar otro camino lejos, más de lo que ni en sueños es posible, y menos para un caracol.

If siguió rumiando esas hojas. No de lechuga, sino de cannabis sativa. Una pariente muy lejana pero muuuuuucho más apetitosa, loco.


posted by A-X
viernes, agosto 04, 2006