Para Carito
Era un ángel nuevo.
Es decir... no tenía experiencia. Cuando se presentó para la entrevista pedían un ángel para prácticas, y él tenía mucha voluntad, pero era un poco torpe.
Metía horas a lo pavo, pero como les dije, no tenía experiencia.
Cuando llegaba la hora de comer, en vez de fichar e irse a casa, se quedaba a meter horas extras. Pensaba que hay una edad en que hay que darlo todo en el trabajo.
Un día, Dios pasó por su escritorio... y era él, el único ángel disponible...
Con una voz de trueno, así como en las películas, le pidió si no le podía echar una mano... "cuando termine de comer". Es una tarea fácil... ordenar unas pocas vidas... para que todo salga más o menos como tiene que ser...
- Claro, "Dios lo ve todo" -pensó ese ángel novato- mientras escondía (como si no lo viera) el sanguche que se había hecho de sardinas y mayonesa...
Quería quedar bien con Dios (¿quién no?) Y al mismo tiempo tenía un hambre que le crujían las tripas. Había tomado unos mates, pero ya sabés... despues de un rato te abren el apetito.
Y se puso a trabajar. Sanguche en una mano, lápiz en el otro.
De repente... una pequeña hecatombe...
Un teléfono que suena, un giro de cintura brusco, un brazo disparado... una gota de aceite, solo una, con olor a sardinas, que se despeña hacia el escritorio del ángel novato...
"No es nada" se dijo, inmediatamente.
Pero no era cierto. Algo había ocurrido.
La gota había caído en el cuadrante XY765108U
Es decir, justo en Villa Luro, en un barrio de gente de clase media, normalita.
las vidas se deslizaron por la gota de aceite. Ella, que lo quería con locura, se resignó a ver cómo él, tan bonito, se iba con su mejor amiga.
Ella sufrió, y sin embargo las lágrimas se fueron deslizando por la viscosa superficie del aceite.
Él sólo sabe poner sus manos sobre las de ella, sin llegar a tocarla. pero es mejor que si lo hiciera.
¿O no?
Es dolorosamente bello saber que él puede acariciarte y no quiere hacerlo.
Es bellamente doloroso esta contradicción de amar a quien ama al que uno ama.
EL aceite se metió en los delicados circunloquios de esatas vidas, modificó los microscópicos contrapesos de aquellas de por sí sensibles relaciones y dejó a uno de estos protagonistas a dos velas.
Ella no se inmutó. Se sobrepuso. Se preguntó y averiguó que estaba pasando. Por supuesto que no se rindió. Ni se rinde.
Ella sólo quiere saber por qué, de los millones de hombres que hay en el mundo... de los miles de millones de personas su mejor amiga tenía que elegir a ese hombre, "su" hombre.
Ella nunca sabrá que una gota de aceite fue la culpable.
Los ángeles cabalgan a lomos de una tortuga
y el destino de los hombres es arrojar piedras a una rosa
Mañana morirá otro loco:
de la sangre de sus ojos nadie sino la tumba
sabrá mañana nada.
y el destino de los hombres es arrojar piedras a una rosa
Mañana morirá otro loco:
de la sangre de sus ojos nadie sino la tumba
sabrá mañana nada.
<< Home